De eslóganes electorales.

Ahora que el proceso electoral ha terminado y el PREP nos muestra claramente las tendencias de los ganadores y perdedores , me atrevo a comentar sobre lo incoherentes que me parecieron varios de los eslóganes de las distintas campañas, seguro de que ya no me tacharán de apoyar o atacar a algún candidato en específico.

Bajo el torrente de publicidad política que nos acosó a diario, no pude evitar pensar cómo muchas de las  frases, utilizadas por todos los partidos y sus candidatos, destruyeron nuestro idioma, no sabían lo que ofrecían o de plano cayeron en lo chusco e incluso lo absurdo. Sin duda se excluyen a varios merecedores de ésta lista, por lo que los invito a engrosarla.

Y sin más, en mi opinión personal, algunos ejemplos:

“Primera mujer Presidenta” ¿Quéee, a caso han habido hombres presidentas? Independientemente de la palabra “presidenta” que comentaré al final, si la va a utilizar, que sea correctamente. Es decir, Primera Presidenta o Primera mujer Presidente.

“Honestidad valiente” ¿Existe la honestidad cobarde?

“¡Yo te explico!” ¿Pues de qué nos vieron cara?

“Leyes de primer mundo” ¿No era nuestro problema más bien de aplicación de las leyes que de promulgación de las mismas?

“Cambiemos las promesas” ¿No sería mejor cumplir las promesas? ¿Para qué queremos promesas distintas si de todos modos no se van a cumplir?

“Tod@s” Una cosa es querer ser incluyente y otra dilapidar el castellano. La “@” no existe en el alfabeto español y todavía no conozco a ninguna mujer que se sienta excluida cuando se dice “todos los mexicanos”. Mala herencia de Fox esa de “mexicanas y mexicanos”.

“Presidenta” Aunque es palabra “aceptada”, no deja de ser una pésima utilización de nuestro idioma, donde existen los participios activos de los tiempos verbales. Así, el participio activo de presidir, es presidente; como de atacar, es atacante; de entrar, entrante; de cantar, cantante.

De acuerdo a la publicidad de la candidata, de haber ganado, tendríamos que estar hablando de la Presidenta entranta y el Presidento saliento -si vamos a ser equitativos en género sexual, habría que aplicarlo también a los hombres, ¿o no?-

El caso es que, con el afán de reflejar una posición incluyente, no sexista y “ser modernos”, todos los partidos caen en este tipo de absurdos, que más que lograr su objetivo, demuestran ignorancia.

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