El Gato Pardo

A simple vista, este felino parece ser un gato común, no obstante, su singularidad estriba en un aspecto que va mucho más allá de los atributos conocidos de los félidos. Todos estos mamíferos conservan una especial aversión al agua, evitando su contacto a como dé lugar. Aunque nuestro gato pardo no es la excepción, la reacción al encuentro con el vital líquido difiere sustancialmente del resto. Tan sólo basta que alguna parte de su cuerpo haga contacto, para que a partir de ahí, la piel, con todo y su espeso pelaje, comience a desprenderse de forma lenta pero constante, desde la parte en la que comienza el proceso, hasta el último rincón de su cuerpo. El gato comienza a retorcerse y, apretando su áspera lengua, emite un chillido –si se le puede llamar así- insoportable para cualquier oído.

 

Hasta aquí, sólo es el comienzo, ya que estando en carne viva, los huesos del animal comienzan a crecer y a transformarse, tronando tejidos y articulaciones, los cuales se regeneran tomando nuevas formas. Además del ardor externo en el rojo vivo de su anatomía, el animal experimenta el literal resquebrajamiento de su cuerpo. Así, sus cortas patas se convierten en largas extremidades, sustituyendo sus garras por dedos de uñas más prolongadas, pero igual de corvas y agudas; las puntiagudas orejas se redondean e integran más a la cabeza, la cola desaparece y el torso se ensancha. Comienza a adoptar formas humanas; sin embargo mantiene los colmillos afilados y las pupilas verticales y ovaladas, por lo que conserva su capacidad de visión nocturna. A pesar de su apariencia semihumana, no razona, y el dolor es tal, que el animal se torna agresivo. Mata a cualquier forma viviente que se cruce en su camino. Al igual que los atributos de la vista, mantiene la facilidad para saltar y trepar, lo cual le ayuda a deambular por áreas extensas de las grandes ciudades, donde se han encontrado restos. No hay ningún testimonio de haber visto uno con vida, pues no se podría sobrevivir al encuentro.

 

El periodo de vida es muy corto después de la transformación, debido a que el dolor de los tejidos internos es tal, que el animal no puede deglutir alimento y a los pocos días muere de inanición.

Como podrá observar el lector, tal aberración de la naturaleza no tiene nombre y se le llama como es antes de su mutación: Gato Pardo, pues es su único distintivo. Son los menos los pardos que presentan esta anomalía, mas lo son todos los que la sufren.

Cuidado con los Gatos Pardos.

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